Historias de camarero:
-La primera vez que vi un pase de modelos
de novia pensé
Hasta los que las visten y peinan dan lastimita...
Las chicas parecen unos pajaritos...
Bonitas, frágiles como
un regalo perfectamente envuelto en el fru
fru de sus ropajes,
Algunas tienen un rasgo que les hace
atractivas largas piernas
ojos grandes y perfectamente enmarcados o
unos labios que
la Jolie envidiaría-
Estas palabras dichas en un vocabulario
llamémosle más masculino
fueron el modo de mi media naranja de
aclarar cómo él veía las
tantas novias de futbolistas y mi
"Dios y yo con estos michelines".
Un intento de consuelo al yo negarme a
aceptar su concepto de
belleza en una mujer...
Los cánones de belleza desde el bien
conocido nacimiento de Venus
han cambiado y mucho; todo ha de decirse
en algunos sentidos para
bien y sin embargo heme aquí padeciendo la
pérdida de la 38 juvenil.
Pues siendo sincera la 36 es una talla que
no recuerdo haber tenido,
lo que sí recuerdo es que con menos de 50
kilos me veía más bien
huesuda que saludable, ni que decir fea, e
imagino que allá estaría
la famosa talla 36 (en mi caso, claro).
Entrando la época estival y la operación
bikini el asedio de dietas
y ropajes en su mínima expresión, llega a
resultar capcioso. Ya lo sé
estar delgado es generalmente bueno;
aunque me gustaría que se
inculque más la corrección de los malos
hábitos que no los apaños de
última hora o si soy sincera las "bestiesas"
de estos días.
Me pregunto sí... sólo me estoy excusando
a mí misma.